El instrumento utilizado para ver los objetos que se encuentran a una distancia muy grande de la Tierra es llamado telescopio. Tiene la capacidad de ampliar y formar una imagen virtual próxima a la lente ocular, haciendo que la imagen nos parezca mayor que la observada a simple vista. No sólo los astrónomos, sino también cualquier persona que tenga un telescopio puede hacer observaciones de otros planetas, estrellas y galaxias.
Para la construcción de un telescopio, el físico Galileo utilizó una lente del tipo convergente y una lente de tipo divergente. En su telescopio, la primera lente, llamada objetiva, formaba una imagen real del objeto en cuestión. Ya la segunda lente, denominada globo, permitía hacer la observación de la imagen real, bien en detalle, ampliando como si fuera una lupa.
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La lente ocular forma una imagen virtual, por lo que cuanto mayor sea la imagen formada por la lente objetiva, y cuanto mayor sea la ampliación de la lente ocular, mayor será la imagen observada por el ojo. Con el objetivo se forma una imagen real de la imagen, pero se tiene que utilizar una lente con una distancia focal grande. Para obtener una ampliación mayor por parte de la lente ocular, es necesario que esta tenga una distancia focal pequeña, para que funcione como una lupa.
El telescopio sufrió diversas modificaciones, siendo una de ellas la sustitución de la lente objetiva por un espejo cóncavo. Esto permitió construir objetivos mucho mayores que las lentes, sin problemas de resonancia mecánica. Los espejos deben ser asegurados por abajo, mientras que las lentes deben ser aseguradas por los bordes.
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Otra ventaja conseguida con el uso de los espejos es la ausencia de la aberración cromática, por el hecho de no existir la dispersión de la luz. El diámetro de la lente objetivo, que determina la cantidad de luz que será captada por el telescopio. Por este motivo es que los astrónomos hacen uso de telescopios con espejos de diferentes tamaños de diámetro para observar las estrellas de baja luminosidad.
Un hecho que debemos tener en cuenta es que la observación de los cuerpos celestes es afectada por el ambiente. Esto sucede porque nuestra atmósfera no es homogénea, o sea, ella presenta fluctuaciones de densidad. Esta fluctuación de la densidad hace que las imágenes observadas por los telescopios sufran distorsiones. La solución encontrada para solucionar tal hecho fue la de colocar un telescopio fuera de la atmósfera, en órbita alrededor de la Tierra.
En conclusión, se puede decir que un telescopio es un instrumento que sirve para ver las cosas más grandes. Tal resultado es el mismo que “estar más cerca” de las cosas, razón por la que muchas veces se dice que los telescopios “permiten ver más de cerca”. De ahí que, como ya mencionamos, la pieza principal de un telescopio es, precisamente, un espejo o una lente. En el primer caso se le llama telescopio reflector (ya que el espejo refleja la luz) mientras que el segundo es designado como el telescopio refractor (la lente refracta la luz).